Residencia investigativa de Michael Hirschbichler & Guillaume Othenin-Girard
Probablemente ningún otro lugar en el planeta conjuga aspectos tan extremos como el Desierto de Atacama. Un paisaje que fascina, que marca, que asombra y que duele. Un paisaje que se revela dramática y silenciosamente al percibir espacio-tiempos que trascienden y desafían medidas de percepción antropocéntricas.
Michael Hisrschbichler y Guillaume Othenin llevan a cabo una residencia de investigación y creación en ISLA/SACO en Antofagasta, siendo parte del programa Resonancias. Como su título sugiere, este proyecto, organizado por el Goethe-Institut Chile y el Instituto Francés de Chile, busca resonar diálogos interdisciplinarios e investigaciones artísticas enfocadas en temáticas locales, ecológicas y socio-políticas, llevando a cabo experiencias en un territorio de tantos contrastes y presentes reformulaciones como lo es Chile. Contrastes que, desde una mirada lejana, son admirados por sus condiciones geográficas tan extraordinarias.
Hisrschbichler y Othenin proponen trabajar sobre la noción de un espacio intermedio entre temporalidades y espacialidades, inspirándose en el paisaje del desierto y las cosmologías precolombinas; en lo mitológico atravesado por lo científico. La relación dualista entre el arriba (la astronomía, las fuerzas superiores) y el abajo (los muertos, la geología, los minerales y su extracción); entre el pasado y el presente; entre el día y la noche, son disparadores a partir de los cuales los artistas proponen su investigación.
Guiados por la directora de SACO, Dagmara Wyskiel, y su equipo, los artistas tienen la oportunidad de conocer la historia y el actual estado del panorama geológico nacional a través de una alianza con la Escuela de Geología de la Universidad Católica del Norte (UCN). La metodología de trabajo que proponen incluye visitas a terreno, exámenes artístico-científicos en paisajes y pinturas geológicas, o lo que Hirschbichler ha desarrollado anteriormente como oil field paintings.
Los artistas se conocen desde hace mucho tiempo y han trabajado juntos anteriormente, aunque nunca en un proyecto concreto como el que proponen para este programa. Su concepto inicial se basa en “un espacio intermedio entre el día y la noche, entre la tierra y el cielo, entre tiempo e historia, un lugar de encuentro y reflexión”. Durante la residencia, los artistas proyectan una serie de ejercicios de visibilidad a modo de bitácoras de un taller propuesto junto a un geólogo, un astrónomo, un narrador de historias mitológicas y un minero. “Usaremos herramientas de la arqueología para explorar el territorio y de la astronomía para recoger información del cielo y las estrellas. Queremos armar una estructura física donde todas estas partes se conjuguen. Vemos este territorio como un receptáculo de historias, en el cual hacer intervenciones que las vinculen”, señalaron los artistas.
Precisamente, varias de estas historias no se develan de inmediato, y varias no se han develado nunca. Las que se develan, lo hacen a medida que uno va comprendiendo vivencial y sensorialmente el origen, los fenómenos matéricos como consecuencia de colusiones de fuerzas naturales, las narrativas y el presente de los seres que han articulado el habitáculo de este territorio. Reflejos de algo mucho más profundo, que tiene que ver no sólo con un modo de habitar estos paisajes, sino además con la particular constitución bioquímica de las moléculas que los conforman; testigos y testimonios de una historia que va muchísimo más allá de nuestra propia evolución metabólica como seres humanos.
El trabajo de SACO con Hirschbichler y Othenin-Girard ya comenzó: los artistas se han contactado vía online con Guillermo Chong—Premio Nacional de Ciencia y catedrático de la Escuela de Geología de la UCN—, han realizado viajes virtuales de acercamiento al desierto, y han recibido material académico sobre temáticas de su interés.
Guillermo Chong es un geólogo que ha llevado a cabo una significativa investigación en torno al salitre natural, un recurso que, como es bien sabido, ha marcado la historia de Chile y su cultura política extractivista. El origen, tanto de la formación de sus elementos, como de la formación de sus yacimientos, es objeto de una controversia científica que ha estado presente durante al menos 100 años, suscrita entre muchas teorías. George E. Ericksen, geólogo estadounidense, señalaba que si no fuera por su existencia, los geólogos podrían concluir fácilmente que es imposible de que tales yacimientos se pudieran formar de manera natural*. La tendencia científica hoy en día es que, a través de un sistema de isótopos, se puede definir el origen de los elementos que lo componen, y su aplicación apunta a que el origen del salitre natural se encuentra en la atmósfera, siendo ésta hipótesis a la que se adhiere un 99% de los especialistas en el mundo. El 1% sugiere que proviene de actividad volcánica. Ese 1% es Guillermo Chong. Él sugiere que el tema no se ha tratado como debiese, ya que los yacimientos son extremadamente distintos entre sí, criticando la metodología científica que se utiliza para realizar las muestras. Y propone que, desde el punto de vista geológico, a partir de la actividad volcánica derivan todos los elementos que componen los yacimientos de nitratos hoy en día**.
Por qué este fenómeno sucedió exclusivamente en el Desierto de Atacama y no sucedió en otras partes del planeta?
¿Por qué este fenómeno sucedió exclusivamente en un pasado remoto y no se está produciendo en el presente, siendo que las condiciones meteorológicas son las mismas?
Preguntas que aún siguen sin responder, manteniendo vivo el misterio del origen del salitre.
El intersticio entre el tiempo estratificado en la geología, y el inconmensurable espacio-tiempo de la astronomía es el punto desde donde nace el interés de Hisrschbichler y Othenin en proponer la construcción de un espacio geológico-arquitectónico.
A partir de la experiencia de haber vivido en Papua Nueva Guinea, Michael Hirschbichler ha estado fascinado por las dimensiones geológicas y mitológicas de los paisajes. Esta fascinación se refleja en numerosas obras artísticas que se ocupan de la materialidad y la dimensión narrativa de los paisajes. El artista participó como docente junto con profesores y estudiantes de la Universidad de Talca en un curso de verano que formaba parte de Documenta 13, en Kassel. Nunca ha estado en Chile, pero tiene una gran fascinación por el país, y especialmente por el desierto de Atacama.
En su práctica arquitectónica, por su parte, Guillaume Othenin-Girard se dedica, a través del dibujo, a explorar paisajes y espacios construidos. Junto con estudiantes de la Universidad ETH Zurich y la Pontificia Universidad Católica del Perú, el artista construyó un edificio que acogía un espacio para descubrimientos arqueológicos y programas públicos para colegios en Pachacamac, Perú. El proyecto fue premiado con el 2019 Dezeen Award Architecture Project of the Year. Gracias a este proyecto, Othenin-Girard fue invitado a participar como docente en un taller de colaboración entre las escuelas de arquitectura de Lausanne EPFL y de Valparaíso, después del cual viajó por Atacama y quedó profundamente impresionado. Desde entonces ha deseado regresar al desierto.
“Queremos que exista una discusión entre personas con diferentes perspectivas y con una visión crítica de la situación actual. Para nosotros es fundamental un intenso intercambio con la población local y lograr un proceso fluido de escuchar, investigar y hacer”, señalan Hirschbichler y Othenin-Girard en su propuesta.
Se espera que los resultados se expongan a fines de año en la Bienal 1.0 SACO, titulada Aluvión.
*George E. Ericksen, The Chilean Nitrate Deposits: The origin of the Chilean nitrate deposits, which contain a unique group of saline minerals, has provoked lively discussion for more than 100 years, American Scientist, Vol. 71, No. 4 (Julio-Agosto 1983), pp. 366-374
**Conversación personal con Guillermo Chong durante mi residencia en ISLA, Antofagasta 29 de Mayo de 2018